Mompó - Palma Brunch

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“Gabriel Vanrell-Galeria d’Art” comienza este año 2014 su andadura dentro del programa Palma Brunch, y para ello ha seleccionado a un artista de primer orden nacional e internacional, Manolo Mompó (Valencia ,1927 – Madrid, 1992).

Manuel Hernández Mompó creció entre pinceles y obras de arte, ya que su padre era pintor. Por este motivo no le costó en absoluto encontrar su vocación. Se trata de una de las más destacadas figuras de la generación abstracta española de los años cincuenta. Sin pertenecer a ningún grupo ni adscribirse a ningún estilo, comienza investigando en el ámbito de la figuración, evoluciona hacia la abstracción y acaba encontrando un lenguaje propio.

Comienza a pintar paisajes populares con la técnica del óleo sobre papel y el guache. Pero poco a poco estos inicios comienzan a desembocar en una fantástica pintura abstracta que cuida los trazos sobremanera. El artista vivió una época en la que las artes plásticas debían plantarse y tomar nuevas riendas. Así se unió a críticos y artistas para lograr renovar este arte y abrir camino hacia tendencias mucho más vanguardistas. Sus pinturas no seguían un patrón, sino que estaban avaladas por la máxima espontaneidad propia del artista.

El estilo de Manuel Hernández Mompó se comenzó a fraguar a finales de los años 50, cuando empieza a dejar de lado sus pinturas figurativas para dar paso a los cuadros semi abstractos con signos y trazos que aportaban una elegancia extrema al entorno. Y aquí es cuando Mompó se preocupa por la importancia de la luz. Para él lograr esa luminosidad mediterránea en sus obras se convirtió en una necesidad extrema para él.

No podemos decir que Mompó fuera de esos pintores que cambiaban de estilo de forma brusca. La realidad es que iba creciendo y evolucionando de forma paulatina. Eso sí, todas sus obras pictóricas giraban en torno al uso de la luz mediterránea. A finales de los sesenta instaló su residencia habitual entre Mallorca e Ibiza, donde podía convertirse en todo un virtuoso de esa luz que tanto le gustaba plasmar en sus obras.

En la actualidad, la obra de Manuel Hernández Mompó continua siendo una de las más aclamadas del siglo XX, gracias al virtuosismo que presenta cada uno de sus cuadros, que fueron ejecutados con cariño y elegancia, potenciando al máximo la luminosidad y el estilo de vanguardia.

Artista

Valencia, 1927 - Madrid, 1992.

Mompó

Manuel Hernández Mompó, pintor y escultor español. Empiezó a frecuentar con trece años la Escuela de Artes y Oficios de Valencia donde inició sus estudios en 1943, obteniendo en 1948 una beca para la Residencia de Pintores de Granada.

Realiza su primera exposición individual en Valencia en 1951. El año 1954 marcha a París, desplazándose posteriormente a la Academia Española de Bellas Artes de Roma y a Holanda. Su obra, basada en la interpretación de paisajes y temas urbanos, va tomando una mayor libertad influida por las corrientes abstractas y el informalismo.

Fue una de las más destacadas figuras de la generación abstracta española de los años cincuenta. Sin pertenecer a ningún grupo ni adscribirse a ningún estilo, comenzó investigando en el ámbito de la figuración, evolucionó hacia la abstracción y acabó encontrando un lenguaje propio.

En 1958 obtuvo una beca de la Fundación Juan March, dedicándose al estudio de las técnicas del mosaico. De regreso a España, se instaló en Madrid, donde vivió desde entonces alternando estancias entre Ibiza y Mallorca. En la década de los cincuenta su obra se centra básicamente en la técnica del guache y del óleo sobre papel, con una temática popular de escenas de calles y fiestas populares, que, paulatinamente, irá sufriendo un proceso de disolución de la forma, llevándole hacia una pintura abstracta con sugerencias figurativas.

En los años setenta, centra sus investigaciones sobre la luz y el color en el metacrilato, para adentrarse, en 1981, en el ámbito de la escultura, realizando unas planchas metálicas dobladas que mantienen la huella del blanco y el gris de sus obras anteriores.

Desde sus años de formación acusa la influencia de la luz, propia de la escuela de pintores levantinos. Esta luz mediterránea queda plasmada en sus telas a través del predominio del blanco y tonos muy luminosos, que alternan con obras en la gama de los grises.

 

Obras